23 de diciembre de 2016

EL SINDICALISMO AMARILLO Y LA SOCIALDEMOCRACIA AYUDAN AL CRECIMIENTO DEL FASCISMO

Quim Boix. pensionistas.info/web/es (perteneciente a la Federación Sindical Mundial)

Algún lector puede considerar equivocado el título de esta reflexión.

Lamento decirle que no acierta. Lo que dice la frase anterior está demostrado por la actividad del amarillismo sindical y de la socialdemocracia en los últimos decenios.

Como fundador de muchos colectivos sindicales y veterano sindicalista, he comprobado que el fascismo se auto felicita (en realidad ha trabajado antes para hacer esto realidad) cada vez que un sindicato de clase se transforma, en la forma de actuar de su equipo dirigente, en un sindicato amarillo.

La socialdemocracia ayuda a lo anterior y además crea confusión ideológica, se llaman socialistas pero sus dirigentes son pro capitalistas, negando el análisis marxista de la realidad mundial.

Los dirigentes socialdemócratas ya demostraron, en 1.949, su sumisión a los intereses del capitalismo, al ayudar a crear (a partir de una pequeña parte de la FSM) la CIOSL (hoy CSI) para diferenciarse de la mayoría de la FSM y no asumir las lógicas y coherentes (con las necesidades de la clase obrera mundial) posiciones anti colonialistas y anti imperialistas del sindicalismo de clase.

Corresponde aquí, para que no haya malos entendidos, definir qué es (para mí, y creo que en general para todos los afiliados a la FSM) un sindicato amarillo.

El sindicalismo amarillo (el interclasista, el que se centra en realizar Pactos Sociales que frenen la capacidad de lucha de los explotados, el que apoya a la socialdemocracia) es el que no denuncia la existencia de la lucha de clases.

Puede hacerlo de muchas formas:

1) “Olvidando” de analizar la realidad económica en la que interviene como sindicato;

2) Analizando el entorno en que actúa sin reflexionar respecto el papel de cada clase social (explotadores y explotados, como resumen);

3) Considerando como problemas “superiores” la dificultades de funcionamiento colectivo de la sociedad, y proponiendo (como hace Syriza en Grecia) superar los problemas, que crea el capitalismo, con un entente interclasista;

4) Cambiando sus anteriores análisis, como sindicato, para adaptarse a lo que le impone la clase social dominante (esto es lo que ha hecho CCOO en el estado español).

Nuestro enemigo de clase, los que han vivido siempre a expensas del trabajo de los demás (esclavistas, monarcas, dictadores, burgueses, etc.), sabe usar perfectamente la regla de “divide y vencerás”. Se trata de dividir al enemigo. Ellos sí que saben quién es su enemigo, los explotados, por ello invierten en intentar dividirnos.

El paradigma de ello que mejor conozco es el de CCOO, que se ha pasado de ser sindicato ejemplo para los honrados sindicalistas de América Latina y de otros continentes, a ser uno de los sindicatos más útiles para el capitalismo mundial. Por ello:

1) le financian para que pueda funcionar como sindicato aunque haya perdido y siga perdiendo decenas de miles de afiliados;

2) la justicia burguesa le absuelve a sus dirigentes de los casos de corrupción demostrados;

3) le compran y corrompen a los dirigentes, que pasan (una vez prestados sus servicios al capital como sindicalistas amarillos) a jefes de personal, a altos cargos de las administraciones públicas o de organismos internacionales como la OIT; etc.

El marxismo, que dotó de clara ideología al movimiento obrero y sindical, fue en la fundación de CCOO su clara base ideológica. Por ello CCOO, al igual que todos los sindicatos clasistas del planeta, usó la realidad de la lucha de clases para ser parte de la vanguardia antifascista. Fue la principal organización de masas de las que ayudaron a acabar con la dictadura fascista de Francisco Franco. Hizo en esta lucha un gran y fundamental aporte ideológico.

Hoy en demasiados barrios obreros del estado español (donde CCOO era un referente seguido como referencia y respetado en sus consejos para las elecciones políticas) la confusión ideológica ha permitido al neofascismo del PP pasar a ser la fuerza política que recibe más votos.

Igual sucede con el voto obrero en demasiados lugares de Europa que antes tenían tradición de lucha anticapitalista.

Además, los dirigentes de CCOO, y los dirigentes del sindicalismo amarillo liderado por la CSI, (bien orientados por la burguesía, que sigue dándoles generosas subvenciones), hacen hoy mejor la difusión del mensaje inter clasista (me refiero a mejor en el sentido de hacerlo con más eficacia, para engañar a los asalariados) que la propia burguesía.

Basta con releer los documentos de los últimos congresos de CCOO, y de la CSI, para comprobar que, en los cientos de páginas que ocupan dichos documentos, siempre se usa la expresión “agentes sociales” pero nunca “clases sociales” (que era la terminología usada en CCOO cuando era un sindicato clasista).

Mi primera tarea como dirigente de CCOO (años 60 del pasado siglo) fue dar clases de sindicalismo. Evidentemente estas disertaciones se basaban en explicar la existencia de la lucha de clases. Hoy ya no se usa esta terminología. Prohibida de facto por la burguesía que financia a CCOO y a la CSI.

Consecuencia de todo lo anterior es la pérdida, por la mayoría de la clase obrera, de referentes en la lucha política. Y la incultura política ayuda al fascismo.

Al contrario, si la lucha sindical se hace con criterios clasistas ayuda a identificar al enemigo de la clase obrera y a sus organizaciones políticas (diversificadas para aparentar democracia, pero idénticas en el respeto a las leyes que imponen las multinacionales: ahora los Tratados de Libre Comercio que anulan la capacidad de decisión de los estados, tratados que apoyan todos los partidos pro capitalistas).

Los barrios obreros, desgraciadamente y como consecuencia lógica de lo antes explicado (a lo que hay que añadir el éxito –ligado a lo anterior- de la burguesía en ir deteriorando la calidad de la enseñanza), hoy son cada vez los lugares donde más crecen los votos (y no solo en España, en toda Europa) a las opciones fascistas. La incultura política y también la sindical están muy interrelacionadas, conllevan pensar que es suficiente cambiar a los protagonistas, sin tener en cuenta que lo que hay que cambiar son los programas, los contenidos de la propuesta política.

Los fascistas siempre han fomentado el inter clasismo. Siempre han extendido la ideología que niega la lucha de clases (igual que los sindicatos amarillos y la socialdemocracia). Siempre han fomentado la incultura (no solo la política), por ello quemaban los libros, por ello promueven la televisión y los medios de comunicación de masas sin contenidos culturales ni críticos.

Aquí está la gran coincidencia entre la socialdemocracia y los sindicatos amarillos con los fascistas. A unos y otros no les interesa que las personas seamos críticas.

Sé que la mayoría de los afiliados a los sindicatos amarillos, al igual que los afiliados a la socialdemocracia, que actúan de buena fe, no desean el auge del fascismo. Pero aceptan, como falso mal menor, no “dividir” a su sindicato o partido entre afiliados pro lucha de clases y afiliados pro interclasistas. Con ello, en nuestra realidad, dan mucha fuerza (cada día más) al interclasismo que usan los fascistas.

El único futuro positivo de la vida política, de un planeta que últimamente ve resucitar al fascismo, está en situar con claridad, y con su verdadero valor, la lucha de clases.

En mi opinión, aquí radica la gran tarea de la FSM, saber explicar la existencia de la lucha de clases y saber organizar a los explotados frente a su único enemigo, el capital (que usa y financia al fascismo).

Realmente la FSM además de ser la gran y única organización mundial anti capitalista y anti imperialista, va a ser (está siendo ya) la imprescindible gran organización antifascista.

Animo a todos los antifascistas a entender este gran papel de la FSM.

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
Desde la perspectiva del análisis anterior se entienden perfectamente:
  • El carácter de miserable esbirro del imperialismo USA, europeo y de las corruptas petromonarquías del golfo de la dirección de CCOO contra el legítimo gobierno sirio, expresada por su secretario general Fernández Toxo en su llamamiento a que la “comunidad internacional intervenga en Siria”, una indecencia a la altura del filoyihadista Santiago Alba Rico.
  • Las “exigencias” de CCOO y UGT, en sus últimas procesiones, para pedir un nuevo pacto social, justo cuando el capital ni lo quiere ni lo necesita y cuando más golpea aquél a la clase trabajadora.
  • La aproximación de los “ni-nis”, agentes del capital, de Podemos a estos sindicatos amarillos.
  • La defensa de la “financiación pública” -es decir, por el Estado de la burguesía- del sindicato amarillo CCOO, sin duda para así emplearse con más entusiasmo en su papel de vendeobreros.


21 de diciembre de 2016

MILES DE PARISINOS SE OPONEN A LA DESRATIZACIÓN DE LA CIUDAD AL CONSIDERARLO UN "GENOCIDIO"

Título original de la noticia: PARÍS QUIERE ACABAR CON SU PLAGA DE RATAS, Y MILES DE PARISINOS SE OPONEN AL CONSIDERARLO UN "GENOCIDIO"
Mohorte. magnet.xataca.com

Pocos países tienen tanta capacidad para el escándalo dramático como Francia. No hay cuestión lo suficientemente ridícula que no merezca ser luchada, de modo que cuando el Ayuntamiento de París anunció una campaña de desinfección de ratas a gran escala, miles de parisinos asistieron indignados a los acontecimientos. "Por encima de mi cadáver", se dijeron, y allí que van, lanzados con 20.000 firmas en contra del "genocidio" de las ratas.

Ah, Francia.

El problema es mayúsculo, por lo que la reacción exagerada de la opinión pública francesa también debía ser mayúscula. A la altura de la semana pasada, el consistorio parisino había tenido que cerrar nueve parques públicos ante la ubicuidad de los roedores callejeros. Hacía más de cuatro décadas que las ratas no proliferaban con tanta alegría por las calles parisinas, llegando a hacer suyo hasta el Campo de Marte, frente a la Torre Eiffel.

En cifras: hay alrededor de 4 millones de ratas por 2.3 millones de parisinos. Es una cuestión de escala si tenemos en cuenta que, como recogía Le Parisien, un feliz matrimonio de roedores puede engendrar una prole de casi 1.000 ratitas a lo largo de dos años. Ni siquiera la inusualmente alta tasa de fertilidad francesa puede competir contra tamaña productividad. ¿Solución? La guerra.

Dos agradables ratas para cada parisino
Las ratas se han adueñado de París, si bien habían sido tradicionalmente un icono más de la ciudad (cuya iconografía se remonta a los tiempos de Víctor Hugo). La propia industria cinematográfica francesa abrazó al despreciado roedor en Ratatouille, nombre tan válido para un plato de la cocina provenzal como para una rata-cocinera que gozó de un aplauso unánime entre la audiencia internacional. Ahora, Ratatouille se multiplica por millones y, amén de dominar la noche, se deja ver a diario por las calles de París.
Las ratas forman parte del imaginario de París en el siglo XIX,
aquí ilustradas por Gustave Doré.
Entonces, ¿por qué ahora? Es quizá lo que se está preguntando el Ayuntamiento de París. Como recoge The Guardian, según las autoridades locales no hay más ratas ahora de las que ha habido siempre en la ciudad, sino que los medios de comunicación, quizá espoleados por los turistas, les han prestado más atención. Dado que las ratas sólo necesitan comida, agua y un nido donde procrear, son una consecuencia casi natural de la densidad poblacional. Y en el fondo, argumentan, no son tan malas (suerte luchando contra la memoria).

Otra posibilidad es un pequeño cambio en las regulaciones de la Unión Europea. Tradicionalmente, el consistorio había utilizado un veneno muy efectivo que, cuando se pegaba al pelo de las ratas, se trasladaba a su organismo durante su proceso de higiene (similar al de los gatos). A los pocos días, los bichos morían. Pero la UE consideró que este método era peligroso porque podía contaminar el agua corriente de la ciudad (las ratas viven en las alcantarillas).

Ciudad del amor, ciudad de las ratas.
El cambio ha motivado que el veneno, ahora, tenga que desplegarse en trampas. Esas trampas suelen ser comida, pero las ratas parisinas tienen absurdas cantidades de comida a su alrededor (sin contar a quienes, turistas o locales, deciden darles comida) sin tener que buscarla activamente.

"No en mi nombre", dice el pueblo
Pero aunque no son agresivas ni invasivas, tienen mala reputación. De modo que el mismo ayuntamiento ha tenido que elaborar planes de control poblacional. Hasta que ha surgido una mujer llamada Jo Benchetrit y ha dicho "no".

Dado el estado de sitio decretado por el ayuntamiento contra las ratas, Benchetrit, activista y psicóloga infantil, publicó una petición pública llamando a detener "la masacre" y "el genocidio" que las autoridades parisinas quieren cometer contra la población de ratas. Lejos de parecer una frivolidad, la propuesta acumula más de 20.000 cifras, y sumando.

Auschwitz, según los 20.000 firmantes.
Según la misiva, "las ratas no son peligrosas para los humanos". Y continúa: "Su única culpa es que, según los parisinos, no son demasiado bonitas. ¿Es esta una razón de preso para infringirles la pena de muerte? Soy una psicóloga infantil y estoy horrorizada por la crueldad del hombre". En el resto de la petición, los firmantes llaman a sustituir los métodos de exterminio por otros contraconceptivos que limiten la capacidad reproductiva de las ratas. Otro hito del movimiento animalista.

El caso es que la atención mediática que las ratas de París han acaparado durante los últimos días también ha proyectado, de forma paralela, la popularidad de la propuesta de Benchetrit. Por lo que sólo cabe esperar que sus peticiones sumen apoyos en el futuro a corto plazo.

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG
Estoy haciendo un acopio prodigioso de energía para no expresar con todas las palabras merecidas lo que realmente pienso de estos animalistas, entre otras subespecies propagadoras del regreso a valores reaccionarios, la ignorancia, la estupidez, la infantilización de las mentes y, en general, una forma de pensamiento anticientífico, que no es otra cosa que una nueva medievalización de la sociedad y de las mentes.

Parece mentira que uno deba, en el siglo XXI, poner un enlace a las enfermedades, muchas de ellas mortales, que producen las ratas. Pero lo haré con el único fin de desenmascarar, a la vez que de contribuir a prevenir los crecientes brotes de idiotez social, a esa mezcla de criminales potenciales con cretinos impenitentes que dicen que las ratas no son peligrosas. Aquí les dejo el enlace sobre las patologías provocadas por las ratas (http://es.slideshare.net/aquariustkperalta/las-ratas-y-las-enfermedades-que-transmiten). Diviértanse.

Vivimos tiempos de incremento exponencial de la majadería. Incluso parece ser que hay estudios científicos que lo avalan. Cualquier extravagancia, por muy descabellada que sea, es inmediatamente aceptada por una cohorte inmensa de tarados.

Desde las ideas más extremistas del animalismo hasta quienes afirman que una civilización extraterrestre creó la vida en la tierra, mediante ingeniería genética, o que los Illluminati gobiernan el mundo, pasando por quienes afirman que se puede vivir sin comer o beber nada, alimentándose solo de la luz del sol, los abducidos por extraterrestres, hasta los contrarios a las vacunas y los que afirman que el cáncer se cura sin medicamentos y mediante naturopatía

Todas ellas son “creencias” peligrosas, unas porque propagan la ignorancia y la necedad con la misma fuerza destructora de las pestes medievales y de la edad moderna, otras porque conducen a la muerte. Las más, por ambos motivos a la vez. Y, en consecuencia, deben ser tratadas como crímenes contra la humanidad y a quienes las elaboran como criminales.

Estoy firmemente convencido de que esta pandemia de iluminados no ha aparecido de forma casual. El asalto a la razón desde la difusión a través de las redes sociales, las páginas de Internet, los programas de radio y televisión y los vídeos de teorías conspiranoicas tienen un único objetivo: la suspensión del pensamiento científico y de la racionalidad humanas y la creación de la enajenación social, con el fin de perpetuar la dominación de este sistema capitalista. Cuando algunas de las religiones principales ya no funcionan como “legitimadoras” de las históricas formas de explotación y de opresión, las nuevas supersticiones cumplen su función de vuelta al “pensamiento mágico” y la irracionalidad, que encapsulen a las personas fuera de la comprensión del mundo que les rodea y de la toma de conciencia de la necesidad de cambiarlo.

A esta miserable granuja, llamada Jo Benchetrit (psicóloga infantil dice que es, ¡pobres de los niños a los que trate!), que compara la desratización de París con el Holocausto y con Auschwitz (son palabras textuales suyas, no de magnet.xataka), le dejo este vídeo.


No, las ratas no son esos animalitos tan simpáticos que nos pintan en la película Ratatouille ni los seres humanos son ratas, a pesar de la comparación que hacen esta nazi mal disfrazada de otra cosa, llamada Jo Benchetrit, y su banda de 20.000 imbéciles cómplice-firmantes de ese manifiesto de mierda.