16 de diciembre de 2016

ESPERANDO A TRUMP. LA CRISIS SISTÉMICA GLOBAL Y ALGUNOS MANOTAZOS DESESPERADOS

Jorge Beinstein. La Haine

A partir de la victoria de Trump los medios de comunicación hegemónicos han lanzado una avalancha de referencias al “proteccionismo económico” del futuro gobierno imperial y en consecuencia al posible inicio de una era de desglobalización.

En realidad la instalación de Trump no será la causa de esa desglobalización anunciada sino más bien el resultado de un proceso que dio su primer paso con la crisis financiera de 2008 y que se aceleró desde 2014 cuando el Imperio ingresó en un recorrido descendente irresistible.

Desde el punto de vista del comercio internacional la desglobalización viene avanzando desde hace aproximadamente un lustro. Según datos del Banco Mundial en la década de los 1960 las exportaciones representaron en promedio el 12,2 % del Producto Bruto Global, en la década siguiente pasaron al 15,8 %, en los años 1980 llegaron al 18,7 % pero hacia fines de esa década el proceso se aceleró y en 2008 alcanzó su máximo nivel cuando llegó el 30,8 %, la crisis de ese año marcó el techo del fenómeno a partir del cual se produjo un descenso suave que se acentuó desde 2014-2015 (1). La propaganda acerca de que las economías se internacionalizaban cada vez más, condenadas a exportar porciones crecientes de su producción fue desmentida por la realidad desde 2008 y ahora la globalización comercial comienza a revertirse.



Pero las dos décadas de globalización acelerada fueron principalmente un movimiento de financiarización, de hegemonía total del parasitismo financiero sobre el conjunto de la economía mundial, su centro motor se encontraba en los Estados Unidos, extendiendo sus fortalezas hacia el conjunto de Occidente y el socio oriental Japón. Los llamados “productos financieros derivados”, negocios especulativos altamente volátiles, verdadero corazón del sistema, llegaban en el año 1999 a unos 80 billones (millones de millones) de dólares, aproximadamente dos veces y media el Producto Bruto Mundial, luego esa masa se expandió vertiginosamente y en 2008, un poco antes del desastre financiero tocaba los 683 billones de dólares, casi 12 veces el Producto Bruto Mundial de ese año. Allí alcanzó su techo histórico, creció luego muy poco en términos nominales de tal manera que hacia fines de 2013 llegaba a los 710 billones de dólares (9,3 veces el Producto Bruto Global de ese año), fue el comienzo del desinfle ya que en diciembre de 2015 había caído a 490 billones (6,6 veces el Producto Bruto Global de 2015). La oligarquía financiera había entrado en declinación lo que acentuó su canibalismo interno y sus tendencias depredadoras no solo en la periferia sino también en el centro del sistema.



A esos procesos económicos se agregó una profunda crisis geopolítica, el expansionismo políticomilitar del Imperio fue frenado en su principal territorio de operaciones: Asia. Los dos rivales estratégicos de Occidente: China y Rusia, estrecharon su alianza y fueron arrastrando hacia su espacio a grandes, medianos y pequeños estados de la región: desde India, hasta Irán, pasando por las naciones de Asia Central. Los recientes giros de Turquía y Filipinas alejándose de la influencia norteamericana y acercándose al espacio chino-ruso marcan desde el Mar Mediterráneo y desde el Océano Pacífico, en los dos extremos geográficos de Eurasia, el declive de la dominación periférica del imperialismo occidental. El fracaso estadounidense en Siria señala el principio del fin de su omnipotencia militar.

Sin embargo la decadencia de Occidente no implica el seguro ascenso de los capitalismos de estado ruso y chino como nuevos amos del mundo, la crisis está llegando a China, su crecimiento se va desacelerando, Rusia se encuentra en recesión, ambas potencias son afectadas por la declinación de los mercados occidentales y de Japón, sus principales clientes. Tratan entonces de compensar esas pérdidas extendiendo sus negocios y acuerdos políticos hacia la periferia, especialmente hacia el espacio asiático. Tal vez el más ambicioso proyecto chino sea el de la “Nueva Ruta de la Seda”, gigantesca masa de inversiones en infraestructura y sistemas de transporte terrestre y acuático distribuidas en Asia apuntando hacia la integración comercial del espacio eurasiático, llegaría a unos 890 mil millones de dólares según Financial Times (2). Esa cifra podría ser comparada con la del Plan Marshall que a valores actuales representaría cerca de 130 mil millones de dólares, China estaría empujando hacia esa zona inversiones equivalentes a más de seis planes Marshall.

El problema es que todas esas economías que China busca integrar están siendo golpeadas por la crisis, la caída de los precios de las materias primas deprime al conjunto de la periferia, acorralan a Rusia, a Irán, a las repúblicas centroasiáticas... mientras Europa declina.

La crisis es global, obedece a la dinámica del capitalismo como sistema planetario, a su degeneración parasitaria que degrada tanto a los países centrales como a los periféricos, emergentes o no.

America Latina es ahora víctima de esos cambios.
En su repliegue hacia el patio trasero histórico imperial los Estados Unidos vienen allí ejecutando una estrategia flexible y arrolladora de reconquista y saqueo que en unos pocos años ha conseguido desplazar a los gobiernos de Honduras, Paraguay, Brasil y Argentina, acorralar a Venezuela y poner de rodillas a la cúpula de la insurgencia colombiana. Sin embargo esa reconquista se produce en el marco de la crisis económica, social-institucional, cultural y geopolítica de Occidente que lleva hacia el pantano a los regímenes lacayos del continente. Las victorias derechistas en Paraguay, Argentina o Brasil anuncian profundas crisis de gobernabilidad, donde sus “gobiernos”, en realidad bandas de saqueadores, generan con sus acciones grandes destrucciones del tejido económico e inevitablemente el ascenso de protestas sociales masivas y crecientes. Dicho de otra manera, la actual arremetida derechista no es el comienzo de la reconversión colonial de la región, de la instauración de un nuevo orden elitista sino de una etapa de desorden, de rebeliones populares amenazando a las élites dominantes.

Mientras tanto la desglobalización sigue su curso, la élites dominantes del planeta buscan desesperadamente preservar sus posiciones, acentúan sus disputas internas, empiezan a producir salvadores pragmáticos de todo tipo. Así es como ha irrumpido un personaje grotesco como Donald Trump buscando combinar xenofobia, concentración de ingresos, reindustrialización y recomposición del esquema geopolítico global. O los neofascismos europeos emergentes y los ya instalados en América Latina. Se trata de tentativas ilusorias de recomposición de sistemas decadentes profundizando al mismo tiempo el saqueo, dinámica parasitaria ya vista a lo largo de la historia humana acompañando, acelerando las declinaciones imperiales.

NOTAS:
(1) World Bank, “World development Indicators”, 17-11-2016

(2) James Kynge, “How the Silk Road plans will be financed”, Financial Times, Mai 9, 2016.

12 de diciembre de 2016

EL YOUTUBER “MRGRANBOMBA”, SIGNO DE UN TIEMPO DE MISERIA MORAL

Por Marat

Hasta que vi el vídeo del bofetón al niñato, desconocía la existencia de tal “figura”. No me interesa el “youtuberismo” de autopromoción. Quienes desean hacerse un sitio en la notoriedad de lo banal no me motivan a perder un solo segundo de mi vida para ver sus “gracietas”.

Vivimos tiempos en los que el autobombo es un medio de convertir, mediante el chiste fácil, la provocación porque sí, la extravagancia, el frikismo o la mala uva, la efímera -la fama la mayoría de las veces lo es- popularidad de tener cientos de miles o millones de seguidores en un medio de lucro mediante el empleo en alguna página digital o, cuando menos, el patrocinio. Muchos son los que lo intentan, pocos los que lo consiguen. Seguramente El Rubius sea, por el momento, el paradigma más acabado de éxito en cuanto a estas, llamémosles, “actividades”.

Por en medio, y dependiendo lo que cada uno lleve dentro en materia moral, puede que haya quienes crean que en lo que se hace para colgar en redes sociales y/o en youtube, con el fin de autopromocionarse, vale todo. O no.

Lo cierto es que el fenómeno de la fama sin otro mérito que hacer el mamarracho no es algo que haya nacido en las redes sociales. Se hizo fuerte en la telebasura, con los programas de casquería y cotilleo macarra, hasta tal punto que ya toda la televisión es reality show, quizá con la excepción de El Tiempo.

Y fuera de la televisión la cosa no va mejor. Tenemos hasta presidentes de países que son un reality en sí mismos.

El deseo de huir de la realidad en una forma de alienación “autoelegida”, o eso creen algunos, porque no nos gusta esa realidad produce el monstruo de lo feo, lo grosero, la falso, el regüeldo como argumento y la renuncia a la inteligencia por bandera.

Hemos banalizado el mundo, repitiéndonos que toda postura u opinión es respetable, cuando lo cierto es que no es así porque hay pensamientos que llevan en sus entrañas el desprecio al otro, su humillación o incluso su eliminación física.

Tranquilos, ya entro en materia.

Que un niñato, con cazadora de las que antes gustaban a los neonazis y corte de pelocepillo al estilo militar, insulte en sus vídeos a la gente, cuando se la acerca con cualquier excusa peregrina para preguntarles por algo, no es algo trivial, ni de importancia menor. Su “gracia”, que la tendrá para los muchos sujetos que le siguen, se me escapa. No le encuentro la chispa a filmar a personas mientras las intentas humillar con tus calificativos y que una panda de descerebrados celebren y se rían luego de ese chiste y de paso de la persona ofendida. No, claro, que no Sergio Soler, hijo de un fotógrafo del diario ABC, que es uno de los que casi desde el principio de tus andanzas te hace propaganda.

Me hace menos gracia aún, Sergio Soler o MrGranBomba, como te haces llamar en esa promoción de tu marca personal, que tengas la querencia de elegir frecuentemente a personas que están trabajando por la calle para hacerlas reas de tus chistes de patoso sádico. Eso sí, logrando con ello dinerito por cada fracción de reproducciones con tu video. Cuando escribo esto ya llevas ganados unos 1.000 euros, menos de 24 horas después de haber colgado tu vídeo ¿Te merece la pena? Cuando se es alguien que tiene la indecencia de mofarse de los demás está claro que te da igual.

¿Quién te ha dado permiso para llamar “caraanchoa” a nadie o los insultos que dedicas en todos tus vídeos a los demás, incluyendo el acoso a chicas jóvenes?

Incluso si, como se ha sugerido en algún caso, se tratase de una vídeo-montaje de autopromoción del youtuber en cuestión, la vileza moral de hacer vídeos en los que se insulta a la gente para sacar lo peor de quienes se carcajean con tal acción, demuestra que hay algo que no funciona bien e esta sociedad del todo vale para trabajarse algunos su propia marca personal.

Siendo mucho lo que nos dice de sí mismo y de su total falta de calidad humana el niñato, mucho más es lo que nos dice de la gente que le ríe la gracia y que le baila el agua.

Que el trabajador que le respondió con el bofetón pueda verse en el riesgo de caer en manos de un juez que busque la forma no tanto de hacer justicia como de ganarse sus 5 minutos de fama, cogido a la cola de la notoriedad que el caso ha adquirido, diría también mucho de una justicia que mira para otro lado ante los auténticos delincuentes de esta sociedad, los desaprensivos que sobreexplotan a sus empleados, los políticos que dejan sin cobertura de desempleo a los parados, los plutócratas cuyas decisiones dejan en la miseria a millones de personas y los corruptos que se lo llevan crudo. Pero los jueces, como las leyes que aplican, son solo unos mandados del Estado de una clase social concreta, a la que seguro que los MrGranbomba quieren pertenecer. Su crueldad les define.

Que el tal Sergio Soler pueda ganar dinero impunemente ofendiendo a las personas y que, tras el parte de lesiones -¡que solo fue una bofetada!, eso sí, precisa, sonora, de una ejecución perfecta y de una belleza plástica indudable-, se permita decir que le ha denunciado en comisaría “porque sí, porque me da la gana” es indignante.

Que haya millones de individuos que le ríen la gracia es un síntoma de una sociedad enferma que ha “educado” en contravalores del todo vale, del y tú más, de la falta de respeto a las personas y del éxito a costa de lo que sea a individuos que han alcanzado lo más bajo de la escala involutiva. Esta sociedad se está fascistizando a pasos agigantados. Y eso que tenemos “la juventud más preparada de la historia”. Si lo dudan, ahí tienen a Sergio Soler y sus fans.

Solo espero una cosa. No encontrármelo por Madrid y que venga a insultarme porque le iba a faltar cielo para dar volteretas. Y luego que me apliquen el Código Penal por violento o por apología de la violencia.

Ah y no pongo el vídeo porque ya todo el mundo lo conoce y sobre todo porque no estoy dispuesto a que gane un poco más de dinero a mi costa semejante tipejo. 

Eso sí, el niñato tenía visión de futuro