12 de diciembre de 2016

EL YOUTUBER “MRGRANBOMBA”, SIGNO DE UN TIEMPO DE MISERIA MORAL

Por Marat

Hasta que vi el vídeo del bofetón al niñato, desconocía la existencia de tal “figura”. No me interesa el “youtuberismo” de autopromoción. Quienes desean hacerse un sitio en la notoriedad de lo banal no me motivan a perder un solo segundo de mi vida para ver sus “gracietas”.

Vivimos tiempos en los que el autobombo es un medio de convertir, mediante el chiste fácil, la provocación porque sí, la extravagancia, el frikismo o la mala uva, la efímera -la fama la mayoría de las veces lo es- popularidad de tener cientos de miles o millones de seguidores en un medio de lucro mediante el empleo en alguna página digital o, cuando menos, el patrocinio. Muchos son los que lo intentan, pocos los que lo consiguen. Seguramente El Rubius sea, por el momento, el paradigma más acabado de éxito en cuanto a estas, llamémosles, “actividades”.

Por en medio, y dependiendo lo que cada uno lleve dentro en materia moral, puede que haya quienes crean que en lo que se hace para colgar en redes sociales y/o en youtube, con el fin de autopromocionarse, vale todo. O no.

Lo cierto es que el fenómeno de la fama sin otro mérito que hacer el mamarracho no es algo que haya nacido en las redes sociales. Se hizo fuerte en la telebasura, con los programas de casquería y cotilleo macarra, hasta tal punto que ya toda la televisión es reality show, quizá con la excepción de El Tiempo.

Y fuera de la televisión la cosa no va mejor. Tenemos hasta presidentes de países que son un reality en sí mismos.

El deseo de huir de la realidad en una forma de alienación “autoelegida”, o eso creen algunos, porque no nos gusta esa realidad produce el monstruo de lo feo, lo grosero, la falso, el regüeldo como argumento y la renuncia a la inteligencia por bandera.

Hemos banalizado el mundo, repitiéndonos que toda postura u opinión es respetable, cuando lo cierto es que no es así porque hay pensamientos que llevan en sus entrañas el desprecio al otro, su humillación o incluso su eliminación física.

Tranquilos, ya entro en materia.

Que un niñato, con cazadora de las que antes gustaban a los neonazis y corte de pelocepillo al estilo militar, insulte en sus vídeos a la gente, cuando se la acerca con cualquier excusa peregrina para preguntarles por algo, no es algo trivial, ni de importancia menor. Su “gracia”, que la tendrá para los muchos sujetos que le siguen, se me escapa. No le encuentro la chispa a filmar a personas mientras las intentas humillar con tus calificativos y que una panda de descerebrados celebren y se rían luego de ese chiste y de paso de la persona ofendida. No, claro, que no Sergio Soler, hijo de un fotógrafo del diario ABC, que es uno de los que casi desde el principio de tus andanzas te hace propaganda.

Me hace menos gracia aún, Sergio Soler o MrGranBomba, como te haces llamar en esa promoción de tu marca personal, que tengas la querencia de elegir frecuentemente a personas que están trabajando por la calle para hacerlas reas de tus chistes de patoso sádico. Eso sí, logrando con ello dinerito por cada fracción de reproducciones con tu video. Cuando escribo esto ya llevas ganados unos 1.000 euros, menos de 24 horas después de haber colgado tu vídeo ¿Te merece la pena? Cuando se es alguien que tiene la indecencia de mofarse de los demás está claro que te da igual.

¿Quién te ha dado permiso para llamar “caraanchoa” a nadie o los insultos que dedicas en todos tus vídeos a los demás, incluyendo el acoso a chicas jóvenes?

Incluso si, como se ha sugerido en algún caso, se tratase de una vídeo-montaje de autopromoción del youtuber en cuestión, la vileza moral de hacer vídeos en los que se insulta a la gente para sacar lo peor de quienes se carcajean con tal acción, demuestra que hay algo que no funciona bien e esta sociedad del todo vale para trabajarse algunos su propia marca personal.

Siendo mucho lo que nos dice de sí mismo y de su total falta de calidad humana el niñato, mucho más es lo que nos dice de la gente que le ríe la gracia y que le baila el agua.

Que el trabajador que le respondió con el bofetón pueda verse en el riesgo de caer en manos de un juez que busque la forma no tanto de hacer justicia como de ganarse sus 5 minutos de fama, cogido a la cola de la notoriedad que el caso ha adquirido, diría también mucho de una justicia que mira para otro lado ante los auténticos delincuentes de esta sociedad, los desaprensivos que sobreexplotan a sus empleados, los políticos que dejan sin cobertura de desempleo a los parados, los plutócratas cuyas decisiones dejan en la miseria a millones de personas y los corruptos que se lo llevan crudo. Pero los jueces, como las leyes que aplican, son solo unos mandados del Estado de una clase social concreta, a la que seguro que los MrGranbomba quieren pertenecer. Su crueldad les define.

Que el tal Sergio Soler pueda ganar dinero impunemente ofendiendo a las personas y que, tras el parte de lesiones -¡que solo fue una bofetada!, eso sí, precisa, sonora, de una ejecución perfecta y de una belleza plástica indudable-, se permita decir que le ha denunciado en comisaría “porque sí, porque me da la gana” es indignante.

Que haya millones de individuos que le ríen la gracia es un síntoma de una sociedad enferma que ha “educado” en contravalores del todo vale, del y tú más, de la falta de respeto a las personas y del éxito a costa de lo que sea a individuos que han alcanzado lo más bajo de la escala involutiva. Esta sociedad se está fascistizando a pasos agigantados. Y eso que tenemos “la juventud más preparada de la historia”. Si lo dudan, ahí tienen a Sergio Soler y sus fans.

Solo espero una cosa. No encontrármelo por Madrid y que venga a insultarme porque le iba a faltar cielo para dar volteretas. Y luego que me apliquen el Código Penal por violento o por apología de la violencia.

Ah y no pongo el vídeo porque ya todo el mundo lo conoce y sobre todo porque no estoy dispuesto a que gane un poco más de dinero a mi costa semejante tipejo. 

Eso sí, el niñato tenía visión de futuro



10 de diciembre de 2016

TRUMP AL GOBIERNO, GOLDMAN SACHS AL PODER

Página12

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ofreció al presidente de Goldman Sachs, Gary Cohn, hacerse cargo del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, según informó ayer, sin citar fuentes, el canal de televisión NBC News.

Cohn es un veterano directivo de Goldman Sachs que dirige en la actualidad las operaciones del banco de inversiones. La propuesta ya está encima de la mesa pero todavía no está claro que Cohn vaya a aceptarla, según las mismas fuentes, que añadieron que a finales de noviembre pasado el presidente de Goldman Sachs empezó a barajar la posibilidad de abandonar el banco. El Consejo Económico Nacional es el principal órgano económico del presidente de Estados Unidos que se encarga de coordinar la política económica de la administración, un puesto con gran influencia dentro de la Casa Blanca.

Cohn, de 56 años, fue presidente y director de operaciones de Goldman Sachs durante diez años. Comenzó su carrera en Wall Street en 1983 en la Bolsa Mercantil de Nueva York, donde vendía acciones. En 1990, se unió al grupo de Renta Fija, Divisas y Materias Primas de Goldman Sachs y siguió a Lloyd Blankfein (Director General de Goldman Sachs) en posiciones gerenciales en la División de Valores de la compañía. Cohn se reporta con Blankfein y ha sido un candidato claro para sucederle, aunque Blankfein no ha dado indicios de que planea renunciar y finalmente no padece cáncer tras someterse el año pasado a quimioterapia por un linfoma.

El nuevo papel de Cohn en el gobierno vendría con un gran beneficio, más allá de ocupar uno de los dos papeles más importantes de la política económica en la administración entrante de Trump. Bajo una regla de 1989, Cohn puede vender sus 190 millones de dólares en acciones de Goldman Sachs, lo que, gracias a un aumento en las acciones de los bancos después de las elecciones, está en su punto más alto. En la tasa más alta de impuestos, es un beneficio por valor de 38 millones de dólares en pagos atrasados a la hacienda. En 2013, Susana Craig del diario The New York Times, describió a Cohn como “El Príncipe Carlos de Wall Street”, un hombre para quien la corona parece estar más allá de su alcance. De aceptar finalmente la oferta, Cohn se convertiría en otro hombre de Goldman Sachs en entrar en la próxima administración, después de que Trump propusiera a Steven Mnuchin, ex directivo del banco, para el cargo de secretario del Tesoro. También trabajó durante años en Goldman Sachs Stephen Bannon, que fue elegido por el presidente electo como estratega jefe y consejero principal de su administración unos días después de su victorias en las elecciones del 8 de noviembre.

A su vez nombró al inversor privado multimillonario, Wilbur Ross, como Secretario de Comercio. Ross es propietario de una mina de carbón que tenía citaciones por más de 200 violaciones de seguridad, antes de que un accidente matase una docena de trabajadores. Además, es miembro de una fraternidad secreta de Wall Street, en la cual vestido con zapatillas de terciopelo, cantaba canciones de teatro burlándose de la gente pobre. Al mismo tiempo, Trump eligió a una millonaria para dirigir el Departamento de Educación, Betsy DeVos, y a un multimillonario con casi ninguna cualificación más allá de ser un multimillonario como subsecretario de comercio, Todd Ricketts, un hombre de negocios que es dueño del equipo de béisbol Chicago Cubs.

La decisión de Trump de invitar a varios empleados de Goldman Sachs a unirse a su administración, ciertamente desafía la imagen populista que cultivó mientras se postulaba para el cargo presidencial. El presidente electo cerró su campaña con un anuncio que golpeó el establishment político y financiero, emparejando clásicamente frases antisemitas con imágenes del presidente y CEO de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, el multimillonario George Soros, la presidenta de la Reserva Federal Janet Yellen y otras figuras financieras.

Cohn es el último de una larga lista de ex ejecutivos de Goldman Sachs para asumir cargos gubernamentales en materia de política económica y regulación financiera y se convertirá en el tercer socio de Goldman Sachs en liderar el Consejo Económico Nacional. Robert Rubin y Stephen Friedman, que sirvieron juntos como co-jefes de Goldman a principios de la década de 1990, también tuvieron el mismo trabajo. Rubin sirvió a la administración de Clinton de 1993 a 1995 y Friedman sirvió a la administración de George W. Bush de 2002 a 2004. Rubin dejó el Consejo Económico Nacional para convertirse en secretario del tesoro, un papel que tuvo otro presidente anterior de Goldman Sachs, Hank Paulson, llenado durante el Presidencia de George W. Bush.

Fuera de la rama ejecutiva, la Reserva Federal está llena de banqueros Goldman. Cuatro de las 12 sucursales regionales del banco central están dirigidas por ex ejecutivos de Goldman. La Reserva Federal es responsable de elaborar la política monetaria estadounidense y tiene importantes obligaciones regulatorias.

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:

Los sectores que despreciaron la orientación ideológica y de clase tras el conglomerado que ha proyectado a Donald Trump a la Casa Blanca, y se centraron en sus declaraciones geopolíticas y geoestratégicas, empiezan a sentirse decepcionados, una vez que comprueban que las intenciones del futuro nuevo Presidente son las de romper el tándem China-Rusia, atrayéndose al segundo y combatiendo, en un primer momento, comercialmente al primero.

Los de la “multipolaridad” aún creen que hay potencias mundiales buenas y malas.

Al carácter imperialista del capitalismo le liman toda su condición económico-financiera, la principal, y priman de modo absoluto su condición belicista, que es absolutamente dependiente de la primera.

Soslayan que el imperialismo es un sistema mundial, a la vez que una forma de competencia entre las grandes potencias mundiales, por lo que limitan aquél a una sola potencia, salvando de tal carácter a cualquier otra que no sea solo Estados Unidos. Y lo hacen en función de cuestiones que son de tipo coyuntural, “olvidando” cómo se disputan en el tablero económico y geoestratégico mundial sus repartos de influencias.

En cualquier caso, el desprecio que hicieron al carácter ideológico y de clase de Trump, que no es muy distinto del de Obama, salvo en los aspectos relativos a las minorías, merece el consecuente repudio desde una posición marxista y de clase.